A través de los ojos de la depresión y la ansiedad

Hay días en los que uno ya no soporto más vivir así, en los cuales quisieras desaparecer o simplemente tener otra vida. Entiendo que son palabras muy duras pero a veces ya no puedes vivir en tu piel. Continuamente sólo quieres llorar y llorar, no salir de tu cuarto, no comer…Solamente deseas sentir el dolor. Es cansado vivir el mismo infierno a diario y darte cuenta que nada cambia. Duele ver que la vida sigue siendo miserable, sin futuro y que por más que te esfuerces absolutamente todo sigue igual.

Los fastidiosos pensamientos de no ser lo demasiado bueno o importante para los demás atormentan tu mente a diario, que por más que te esfuerces no logras nada y siempre acabas haciendo el ridículo. Gran parte del tiempo quieres ser importante para alguien, quieres que alguien se preocupe por tus sentimientos y necesidades. Llegar a obtener un compañero que sea tu incondicional, que te apoye, que te entienda…Que te quiera como nadie, que se una a ti para poder luchar contra tus demonios juntos. Dichosos los que han encontrado a alguien así.

Si no corres con tal suerte encontrar nuevas formas de mantener la mente ocupada después de probar todo, se vuelve un gran reto. Estar haciendo lo mismo todos los días se vuelve tedioso y aburrido, pero se necesita mantener la mente trabajando porque si no buscamos nuevas escapatorias para este sufrimiento. Lo más horrible de todo esto es tener grandes sueños y aspiraciones en la vida. Porque por más que quieras cumplir todas tus metas, siempre vas a estar tú impidiéndote cumplirlas. Es una frustración tan grande querer salir de esta situación y no poder. Y peor aún, al tratar de salir hundirte más.

Como en todo, llegas a tener días buenos y malos…Pero tú y yo sabemos que predominan los malos. Cuando llegamos a probar un día bueno nos da miedo arruinar las cosas y ese mismo miedo provoca que arruinemos las cosas al triple. Ese anhelo de llegar a ser capaz de disfrutar las cosas sin tener el miedo de perder las o de arruinarlas. El interés de llegar a feliz sin que las preocupaciones y el que dirán te atormente a cada segundo. Lograr hacer lo que tú quieras sin miedo y ataduras. Y principalmente, tener un día en el que te sientas realmente feliz por ser quien eres y que la idea de desaparecer no aparezca en lo absoluto.

Que dichosos seríamos si pudiéramos lograr esto.

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